Glaucoma
Qué es
El glaucoma es una enfermedad degenerativa causada por el aumento de la presión dentro del ojo (tensión
ocular). El ojo contiene en su interior un líquido parecido el agua que
se renueva constantemente, pero si falla el sistema de drenaje, la
presión intraocular aumenta y puede dañar el nervio óptico.
Causas
Se desconocen las causas
que producen esta enfermedad, aunque en ocasiones puede afectar a varios
miembros de una familia. Por eso, si se tienen antecedentes familiares, es aconsejable acudir al oftalmólogo con regularidad. En cualquier caso, se recomienda una revisión por lo menos cada dos años, porque la detección del glaucoma resulta muy sencilla.
Síntomas
Al principio, la mayor presión ocular no produce ningún síntoma. Los síntomas posteriores pueden incluir un estrechamiento de la visión periférica, ligeros dolores de cabeza y sutiles trastornos visuales,
como ver halos alrededor de la luz eléctrica o tener dificultad para
adaptarse a la oscuridad. Finalmente, la persona puede acabar
presentando visión en túnel (un estrechamiento extremo de los campos
visuales que dificulta ver objetos a ambos lados cuando se mira al
frente).
Diagnóstico
A través de la medición de la presión
intraocular, una prueba indolora que se realiza en pocos minutos, se
puede sospechar de la existencia de la dolencia. Las personas con
glaucoma presentan una elevación anormal en la presión intraocular.
Sin embargo, no todas las personas con tensión intraocular elevada
tienen glaucoma, se trata sólo de un factor de riesgo de la patología.
En estos casos se requieren dos pruebas adicionales para corroborar el
diagnóstico: la perimetría o examen del campo visual y la oftalmoscopia u observación del nervio óptico en el fondo de ojo.
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Tratamientos
Dependiendo del tipo de glaucoma, se aplican distintos tratamientos. El glaucoma primario de ángulo
abierto (el
90 por ciento de los casos) suele aparecer entre los mayores de 55
años, los diabéticos o los miopes. El tratamiento del glaucoma primario
puede controlarse con medicación tópica o bien con cirugía de láser o
una implantación valvular, que facilite el drenaje. El glaucoma de
ángulo
cerrado (crónico o simple) es menos frecuente y
puede manifestarse con dolor ocular, cefaleas, visión borrosa, náusea y
vómitos. El tratamiento definitivo consiste en la utilización de
láser, aunque si es crónico también requerirá la administración de
fármacos tópicos.
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